Vivienda con una gran vista a la totalidad del mar, a sus amaneceres y a sus puestas de sol.
Proyecto de geometría angulada que pone en valor el paisaje circundante.
Intervención de los espacios interiores con materialidades simples y puras.
Se propuso una terraza – playa como lugar de contemplación que se integra al volumen principal del estar, comedor y cocina a través de un gran ventanal.
Los tonos neutros y tostados del mobiliario, la madera y la vegetación interior, dulcifican la frialdad del hormigón.
Líneas puras y depuradas van circundando los espacios.
Un gran volumen de mármol que alberga una chimenea, separa la zona de estar de la del comedor.
Tierra, mar, aire y fuego son la esencia de esta vivienda privilegiada.